¡Es hora de comenzar a aplicar el control bíblico de sus emociones! (Conclusión)

Llenura del Espíritu Santo

Asociamos la inteligencia emocional con el control bíblico de nuestras emociones. No es algo que se logra de la noche a la mañana, sino que obedece a un proceso. Lo maravilloso es que, cuando vamos prendidos de la mano del Señor Jesucristo, tenemos asegurada la victoria. La inteligencia emocional—entonces—no es para personas extraordinarias, sino para aquellos que reconocen sus debilidades y las someten a Dios.

¿Por qué entonces nos dejamos arrastrar por las emociones encontradas? La respuesta es sencilla: Nuestras emociones, al igual que nuestras mentes y cuerpos, están influenciadas en gran medida por la caída de la humanidad en el pecado. En otras palabras, nuestras emociones están manchadas por nuestra naturaleza pecaminosa, y esa es la razón por la cual es necesario controlarlas.

La biblia nos dice que tenemos que ser controlados por el Espíritu Santo (Romanos 6; 1 Pedro 5:6-11), y no por nuestras emociones.

El apóstol Pablo advierte claramente:

«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu…» (Efesios 5:15-18 | RV 60)

Si somos sabios y reconocemos nuestras emociones, el paso siguiente será llevarlas ante Dios. Solo entonces podemos presentar nuestros corazones ante Él y permitirle que haga Su obra en nuestro mundo interior y que dirija nuestras acciones.

A veces, esto puede significar simplemente que Dios nos consuela, nos reafirma y nos recuerda que no debemos temer. Otras veces, puede que Él nos lleve a perdonar o pedir perdón.

El libro de los Salmos es un excelente ejemplo del manejo de las emociones y de cómo traer nuestras emociones a Dios. Muchos Salmos están llenos de emociones puras, pero éstas se derraman delante de Dios en un intento de buscar Su verdad y justicia.

APLICAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL BENEFICIA A TODOS

Hacer una adecuada gestión de nuestras emisiones con ayuda de Dios, también es útil para todos. ¿Por qué motivo? Porque se supone que la vida cristiana no es para vivirla en solitario.

Dios nos ha dado el regalo de otros creyentes que pueden compartir nuestras cargas y cuyas cargas nosotros también compartimos (Romanos 12; Gálatas 6:1-10; 2 Corintios 1:3-5; Hebreos 3:13).

Hay una palabra poderosa del apóstol Pablo que le animamos a considerar y atesorar en su corazón:

«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.»(2 Corintios 1:3-5| RV 60)

Otros creyentes también nos pueden recordar la verdad de Dios y nos ofrecen una nueva perspectiva.

Cuando nos sentimos desanimados o temerosos, podemos beneficiarnos del ánimo, exhortación y reafirmación que otros creyentes nos brindan. A menudo, cuando alentamos a otros, nosotros mismos somos alentados. Igualmente, cuando sentimos gozo, éste generalmente aumenta cuando lo compartimos.

Permitir que nuestras emociones nos controlen, no es nada espiritual, como tampoco lo es el negar o censurar nuestras emociones.

Debemos darle gracias a Dios por nuestra capacidad de sentir emoción y administrar nuestras emociones como un don de Él.

La forma de manejar nuestras emociones es mediante nuestro crecimiento en nuestro caminar con Dios. Somos transformados por la renovación de nuestras mentes (Romanos 12:1-2) y el poder del Espíritu Santo, el que produce en nosotros el dominio propio (Gálatas 5:22-23).

Necesitamos un impulso diario de principios bíblicos, un deseo de crecer en el conocimiento de Dios y pasar tiempo meditando en los atributos de Dios. Debemos tratar de conocer más de Dios y compartir más de nuestros corazones con Dios mediante la oración. La comunión cristiana es otra parte importante del crecimiento espiritual.

Caminamos con otros creyentes y nos ayudamos los unos a los otros a crecer en la fe, así como en la madurez emocional.

Al terminar este material en cuya investigación y redacción se invirtieron varias semanas, junto a un cafecito tinto, mi infaltable libreta de notas y la Biblia, mi oración es que el amado Padre celestial utilice cada una de sus líneas para llevarle a controlar sus emociones por el poder divino del Espíritu y así, se mejoren sus relaciones interpersonales y se eleve su calidad de vida.

Un servidor en la fe de Jesucristo,

Fernando Alexis Jiménez

Director – Ministerios Vida Familiar

Sitio web  www.VidaFamiliar.co

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